Medición del manejo emocional en estudiantes de nivel superior y su importancia en la trayectoria escolar

**Artículo publicado originalmente en Revista EDUCATECONCIENCIA. Volumen 12, No. 13. ISSN: 2007-6347 Periodo: Octubre-Diciembre 2016 Tepic, Nayarit. México Pp. 137-150.



Autores
Castillo Castañeda Georgina
Universidad Autónoma de Nayarit
anigroegcc@gmail.com
Arias Guzmán Andrés Augusto
Universidad Autónoma de Nayarit
andres.arias@uan.edu.mx
 Ramírez Vázquez Mario Enrique
Universidad Autónoma de Nayarit
mario.ramirez@uan.edu.mx


Introducción
Diversos documentos de políticas internacionales, nacionales e institucionales[1] han sostenido la necesidad de priorizar una formación integral de los educandos que permita enfrentar las características del contexto nacional e internacional, donde la innovación tecnológica y el papel del conocimiento han generado nuevas formas de ejercicio de las profesiones; nuevas formas de generar e incorporar conocimientos científico-técnicos y un creciente consenso al tratamiento de temas humanistas fundamentales para el bienestar social. De esta forma, las instituciones, especialmente las universidades están llamadas a tener un papel estratégico en la formación integral de hombres y mujeres para la sociedad del siglo XXI.
Dotar a los estudiantes de herramientas para la vida es parte fundamental de esta formación integral, y objetivo específico de la política educativa del Gobierno Federal establecida en el Programa Sectorial de Educación (PSE) 2013-2018; en sus objetivos estipula como prioridad el fortalecimiento de la calidad y pertinencia de la educación media superior, superior y formación para el trabajo, a fin de que contribuyan al desarrollo de México, así como, asegurar mayor cobertura, inclusión y equidad educativa entre todos los grupos de población para una sociedad más justa (Gobierno de la República, 2013). El programa señala acciones concretas para prevenir y disminuir el abandono escolar y el truncamiento de trayectorias educativas, utilizar herramientas para identificar tempranamente el riesgo de abandono escolar, y generar líneas de acción específicas en esta materia, PSE 2013-2018.
Por ello se considera primordial disminuir al mínimo los riesgos de deserción de los estudiantes, identificar y trabajar en mejorar las condiciones académicas y personales para una trayectoria exitosa y asegurar la culminación de sus estudios. Este ideal se vería reflejado en indicadores como la eficiencia terminal, el desempeño del estudiante y la ampliación de cobertura nacional, que actualmente ronda el 35% para el ciclo 2015-2016 (SEP, 2015) y a su vez, contribuiría a mejorar el resultado de las evaluaciones de organismos acreditadores.
Los programas de tutorías implementados a nivel nacional, son una herramienta importante en este sentido, y para el apoyo que requieren los estudiantes en el plano académico, pero también es cierto que existe una sobredimensión del área cognitiva; muchas examinaciones tanto en procesos de admisión como de seguimiento se concentran en la revisión de conocimientos generales mediante exámenes de dominios teóricos, a lo que oportunamente se le puede agregar la examinación del conocimiento personal como una competencia básica de formación.
En este trabajo se presenta el resultado de una investigación que busca validar un instrumento para examinar el manejo emocional y el autoconocimiento del estudiante de nivel superior en la Universidad Autónoma de Nayarit. Ello en el marco de las políticas institucionales de formación integral y calidad educativa que caracterizan los procesos actuales de formación y enseñanza. El trabajo intenta una aproximación explicativa a la pregunta ¿Cómo contribuir a una evaluación más integral de los estudiantes de la UAN a través de un Inventario de Manejo Emocional? Y busca al mismo tiempo, reflexionar sobre su pertinencia y posible utilidad en los procesos de enseñanza aprendizaje y tutoría académica.
Revisión bibliográfica
LAS EMOCIONES EN EL PROCESO DE ENSEÑANZA
Para que la educación pueda conducir al desarrollo del individuo deben trabajarse ambas esferas de la persona; lo cognitivo y el conocimiento personal. Esta concepción desarrolladora del aprendizaje se deriva de la propuesta del Inventario de Manejo Emocional. El Inventario de Manejo Emocional (IME) es un instrumento integrado por 13 escalas que se agrupan en tres dimensiones y pretenden identificar el nivel de manejo que tienen los estudiantes sobre sus emociones[2].
La esencia de todo proceso educativo es capacitar al individuo para la convivencia y la autorrealización, y las emociones facilitan el tránsito en el camino hacia la consecución de las metas (Calzadilla, 2002). Así, las emociones juegan un papel decisivo al momento de realizar tareas complejas que requieren tiempo y esfuerzo, por ello, el estudiante debe:
“saber manejar la inteligencia emocional, entendida como un conjunto de habilidades que abarquen la capacidad de motivarse y persistir frente a las decepciones, controlar el impulso y demorar la gratificación, regular el mal humor, mostrar empatía hacia las demás personas y autoconocer un sentimiento cuando se presenta…” (Calzadilla, 2002, pp. 1-2)
Las emociones pueden obstaculizar el desempeño personal y académico, así como el logro de colaboración dentro de los equipos de trabajo, de esta manera el elemento emocional es determinante en la vida de todo estudiante, tanto en la esfera académica, como en la esfera personal.
El manejo emocional es la habilidad que poseen las personas para emplear sus recursos en la solución de problemas, identificar sus emociones (sean éstas positivas o negativas) y comunicarlas de forma eficiente. Es esta habilidad la que empleamos cotidianamente en nuestra vida y los estudiantes lo hacen constantemente según sus propios recursos.
Las emociones, aún las negativas, nos ayudan a relacionarnos y adaptarnos al mundo que nos rodea. Los sentimientos se han clasificado como positivos y negativos, cuando en realidad no son ni buenos ni malos. Deben ser considerados como adaptativos o des-adaptativos, adecuados o inadecuados, dependiendo del momento en que surgen, su intensidad, la manera en que nos afectan y los resultados que generan (Del Real Chávez, 2013).
Metodología
Para la investigación se tomó una muestra de 396 estudiantes de nivel superior, con edades comprendidas entre los 16 y los 53 años (Media= 19.9) pertenecientes a la Universidad Autónoma de Nayarit, pues la población total son aproximadamente doce mil estudiantes.
Para fines del estudio y de acuerdo con la OMS (2000, 2015) y ONUSIDA (2015) se empleó el termino juventud como el periodo comprendido entre los 18 y los 24 años y se usaron los siguientes criterios: a) criterio de inclusión, universitarios de primer año de licenciatura; b) criterio de exclusión, no ser estudiantes de nivel superior de la UAN y, c) criterio de eliminación, participantes menores de 18 y mayores de 30 años. Con la aplicación de estos criterios se realizó una aplicación del IME a 260 estudiantes de nivel superior de la UAN. La tabla 1 muestra la distribución de frecuencias por edad de los sujetos del estudio.
El gráfico 1 representa la distribución de la frecuencia por género de los sujetos de la investigación; se encuestaron a 140 mujeres y a 120 hombres, con un total de 260 personas.
Se realizó la aplicación del Inventario de Manejo Emocional en los jóvenes estudiantes de primer año de licenciatura, mediante un documento con 242 afirmaciones que se responden en la hoja de respuestas como si o no (véase ilustración 1).
Se obtuvieron algunos datos personales que se registraban en la hoja de respuesta, así como el tiempo de inicio y término, para determinar el tiempo que le tomó responder a las afirmaciones.
Resultados
Como sugiere Carbajal (2011) dentro de los aspectos psicométricos que dan fiabilidad a un instrumento se encuentran el procedimiento: Alfa de Cronbach. Este procedimiento determina la consistencia interna del instrumento midiendo el grado de correlación entre los ítems o reactivos que se espera que mida dicho instrumento; éste análisis de los datos obtenidos por el IME se realizó mediante el programa de análisis estadístico SPSS versión 22 para Windows y el programa XLSTAT (versión de prueba para Windows), arrojando los siguientes resultados:
Se elaboró la correlación de cada una de las 13 escalas que componen el instrumento[3], posteriormente se correlacionó con cada una de las dimensiones para identificar su consistencia. La tabla 2 muestra el análisis de la confiabilidad de las 13 escalas que integran el instrumento, siendo una fiabilidad aceptable.
La dimensión Afrontamiento Emocional está integrada por las escalas empatía, equilibrio emocional, resiliencia y madurez emocional. La escala de empatía se compone de 20 reactivos y presenta un alfa de Cronbach de .800, lo cual significa buena consistencia interna. En lo referente a la escala de equilibrio emocional, compuesta por 20 reactivos, igualmente, se presenta un alfa de Cronbach de .801, con buena consistencia interna. La escala de resiliencia presenta un alfa de Cronbach de .801 y se compone de 20 reactivos. En tanto, la escala de madurez emocional, compuesta por 18 reactivos, tiene un alfa de Cronbach de 0.749, lo cual es aún, aceptable. Se puede concluir que los diversos ítems, pertenecientes a cada escala, miden la característica que afirman medir en un nivel “bueno”. Por lo tanto, es posible afirmar que las escalas que componen la dimensión de afrontamiento emocional miden dicho atributo.
La dimensión emociones positivas se compone de las escalas alegría, tranquilidad, satisfacción y seguridad; presentan un alfa de Cronbach de 0.821; 0.724; 0.847 y 0.776 respectivamente, presentando un nivel suficiente de fiabilidad. La escala de alegría se compone de 16 reactivos, la escala de tranquilidad se compone de 19 reactivos, la de satisfacción incluye 20 reactivos y 19 la escala de seguridad.
La dimensión de emociones negativas está integrada por 5 escalas: tristeza con 17 reactivos y un alfa de Cronbach de 0.831; enojo con 18 reactivos y un alfa de 0.834; apatía contiene 17 reactivos y un alfa de 0.801; inseguridad con 20 reactivos y un alfa de 0.847; y ansiedad integrada por 18 reactivos y un alfa de 0.833.
Finalmente la fiabilidad del IME a través de los 242 reactivos o ítems que lo componen y considerando los 260 encuestados, arroja un alfa de .929 que puede ser interpretado como una medición altamente significativa o excelente, según lo proponen George y Mallery (2003, p. 231; en Mercado Salas y Gil Monte, 2012). En otras palabras, la correlación entre las diferentes respuestas de los 260 casos encuestados permite afirmar que el instrumento tiene una alta confiabilidad en medir lo que dice estar midiendo, en este caso, el manejo de emociones. Estos resultados sugieren entonces que el diseño y viabilidad del instrumento es altamente confiable (92%) para la medición del manejo emocional (véase tabla 3).
La ilustración 2 muestra un histograma que refleja la distribución de la curva normal por edad. La frecuencia del género femenino arroja una curva simétrica y homogénea, mientras que la curva del género masculino es una curva heterogénea. Esto significa que el género es un factor importante para el afrontamiento emocional, pero aun así entre personas de la misma edad hay diferencias entre géneros.
La tabla 4 muestra claramente la correlación positiva entre el manejo emocional, que es el atributo que mide el IME y el afrontamiento emocional, que son aquellos recursos de los que hacemos uso en el día a día. Y es significativo que la correlación con las emociones negativas sea bajo, puesto que son complementarias en su sentido opuesto, al igual que las emociones positivas, pues no se puede tener todo el tiempo puramente emociones negativas o positivas; pero si es importante la presencia de éstas para el uso de los recursos con los que cuentan las personas. Son dispositivos que activan las emociones, pero las emociones positivas o negativas, se relacionan con el estilo de afrontamiento de cada persona.
 Mediante el programa XLSTAT se realizaron pruebas de independencia que permitieron observar sí hay dependencia entre el género y el promedio; es decir, son las mujeres quienes tienden a presentar los mejores promedios escolares. Como se muestra en la tabla 5 hay una dependencia entre los resultados del IME en mujeres y su promedio escolar. O dicho de otra forma: ser hombre es un factor de riesgo para obtener bajas calificaciones  (véase ilustración 3).
Así mismo, la ansiedad y el enojo se relacionan con los promedios de las calificaciones de la muestra estudiada, pues los estudiantes con altas calificaciones presentan además los más altos niveles de ansiedad (ilustración 4).
La educación es un proceso marcado por las relaciones interpersonales y está caracterizada por fenómenos emocionales. La influencia que ejercen las emociones sobre los procesos de aprendizaje es esencial, por ello, la implementación del IME permitirá identificar a aquellos estudiantes que requieran de una educación emocional para incidir positivamente en las trayectorias escolares.
Esta competencia personal en el manejo de emociones esta muy relacionada con la desempeño escolar, si bien en este estudio dicha relación se limita al promedio de calificaciones, futuros estudios más personalizados podrían arrojar elementos a considerar en la definición de políticas institucionales de tutorías y en la atención a estudiantes en sus trayectorias escolares.

Conclusiones
La educación es un proceso marcado por las relaciones interpersonales y está caracterizada por fenómenos emocionales. La influencia que ejercen las emociones sobre los procesos de aprendizaje es esencial, por ello, la implementación del IME permitirá identificar a aquellos estudiantes que requieran de una educación emocional para incidir positivamente en las trayectorias escolares.
Esta competencia personal en el manejo de emociones esta muy relacionada con la desempeño escolar, si bien en este estudio dicha relación se limita al promedio de calificaciones, futuros estudios más personalizados podrían arrojar elementos a considerar en la definición de políticas institucionales de tutorías y en la atención a estudiantes en sus trayectorias escolares.
Podemos decir que es tarea del profesor desarrollar competencias emocionales y formar a sus estudiantes en el mejor uso de las mismas, de esta manera se contribuye a la formación integral del estudiante, tibutando al aspecto emocional-relacional, no solo al cognitivo. Así, el intrumento de manejor emocional puede ser una herramienta util para proporcionar la caracterización de los estudiantes en el manejo emocional y así diseñar intervenciones pertinentes a los actores educativos.

Referencias

Calzadilla, M. E. (2002). Aprendizaje colaborativo y tecnologías de la información y la comunicación . Revista Iberoamericana de Educación , 1-11.
Carbajal, A., Centeno, C., Watson, R., Martínez, M., & Sanz Rubiales, Á. (2011). ¿Cómo validar un instrumento de medida de la salud? Anales del sistema sanitario de Navarra , 34 (1), 63-72.
Del Real Chávez, I. G. (marzo de 2013). Documentos de trabajo para el diplomado en construcción de instrumentos de medición psicológica. Tepic, Nayarit, México.
Gobierno de la República. (13 de diciembre de 2013). Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018. Diario Oficial de la Federación , p. 184.
Mercado Salas, A., & Gil Monte, P. (2012). Características psicométricas del cuestionario para la evaluación del síndro de quemarse por el trabajo en maestros mexicanos. Revista de Educación , 359, 260-273.
OMS. (2015). La OMS y el ONUSIDA publican un nuevo conjunto de normas para mejorar la atención dispensada a los adolescentes. OMS/ONUSIDA. Ginebra: OMS.
Secretaría de Gobernación. (13 de diciembre de 2013). Programa sectorial de educación 2013-2018. Diario oficial de la federación , DCCXXIII (10), p. 104.
SEP. (2015). Programa Sectorial de Educación 2013-2018. Logros 2015. México, DF. : SEP.
SEP. (2013). Sistema Educativo de los Estados Unidos Mexicanos, Principales Cifras del Sistema Educativo Nacional 2012-2013. SEP. México: Dirección General de Planeación y Estadística Educativa.
UAN. (2003). Documento rector para la reforma académica. Tepic, Nayarit, México. Retrieved 27 de abril de 2016 from UAN: www.ceddi2.ceddi.uan.edu.mx/reforma/drector.htm
UAN. (2011). Plan de desarrollo institucional, visión 2030. Tepic, Nayarit, México: UAN. Retrieved 27 de abril de 2016 from http://www.uan.edu.mx/d/a/udi/PDI_vision_2030.pdf


[1] Véase: Conferencia Mundial de Educación Superior 2009, La Educación Superior en el Siglo XXI. Líneas estratégicas de desarrollo, Documento Rector para la Reforma 2003, Plan de Desarrollo Institucional 2004-2010 y Plan de Desarrollo Institucional 2010-2016, Visión 2030.
[2] El IME es un instrumento que identifica los niveles de manejo en diversas emociones. Fue diseñado en 2013 por un equipo de profesionistas que incluyó: psicólogos, maestros en educación y sistemas, así como personal perteneciente a los centros de atención psicopedagógica (de bachillerato y superior) y personal de la coordinación de tutorías. El instrumento fue el resultado de un diplomado dirigido por el Mtro. Isaac Gamaliel del Real Chávez.
[3] El IME está estructurado en tres dimensiones: Afrontamiento Emocional, Emociones Positivas y Emociones Negativas; cada una posee entre 4 y 5 escalas que contienen de 16 a 20 afirmaciones o reactivos, siendo un total de 242; éstos se detallan en párrafos siguientes.

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